La palta Hass no solo ha transformado la agroindustria peruana: también ha mejorado las vidas de decenas de miles de familias, impulsado la formalización del trabajo agrícola y proyectado al país como potencia mundial en el comercio de esta fruta. Arturo Medina, gerente general de ProHass, la Asociación de Productores y Exportadores de Palta Hass, lo tiene claro: “El impacto social que tiene la palta Hass en el Perú no se puede comparar con ninguna otra fruta de exportación”.
De cultivo incipiente a potencia mundial
La historia de la palta Hass en Perú comenzó en 1999. A diferencia de otras variedades tradicionales como la Fuerte o la Naval, más populares en el mercado interno, la Hass fue introducida al país pensada desde el inicio para la exportación. “Esto no fue artesanal, no fue sembrar un arbolito detrás de la casa. Se hizo con visión global y de forma empresarial”, recuerda Medina.
“Si bien el despegue estuvo liderado en sus inicios por medianos agricultores de la costa central que reconvirtieron sus campos de cítricos, espárragos y cultivos de panllevar, apostando por el cultivo de palta Hass, el impulso clave llegó en el año 2001 con la aprobación de la Ley de Promoción Agraria, que creó estabilidad jurídica, incentivos tributarios y laborales para las empresas agroexportadoras. La estabilidad económica del país y esta Ley de Promoción crearon las condiciones para tener la agricultura moderna de exportación y, entre ellas, la de la palta Hass, afirma Medina. Hoy, Perú es el segundo mayor productor y exportador mundial de palta Hass, detrás de México, y, con excepción de los EE. UU., es el principal abastecedor de los demás mercados de consumo del mundo.
Los competidores directos de Perú son México, Colombia, California, Kenia y Sudáfrica.
Un crecimiento acelerado
En a octubre de 2025, la exportación peruana de palta Hass alcanzó las 692.000 toneladas, un 38% más que el año 2024, el cual tuvo algunas dificultades en cuanto a producción debido principalmente a efectos del fenómeno El Niño y el ciclón Yaku. “Este año se han dado todas las condiciones agroclimáticas para que se recuperen los rendimientos en campo”, dice Medina.
El crecimiento en área y producción de este cultivo ha sido constante los últimos cinco años, con una tasa de crecimiento cercana al 20%. “Entre 7.000 y 8.000 hectáreas jóvenes aún no han entrado en producción, lo que representa un potencial de crecimiento adicional. Además, se espera que para 2030 Perú alcance 1 millón de toneladas exportadas”.
Miles de productores pequeños
Una de las características de los productores de palta Hass es la gran inclusión que tiene, tanto por la gran presencia en la mayoría de departamentos de país como por la diversidad de productores. De los 30.000 productores registrados, el 70% tiene menos de una hectárea, y el 97% menos de diez hectáreas. Esto convierte a la palta Hass en un motor de desarrollo rural sin precedentes en la agricultura moderna de exportación.
“Si bien el apostar por la siembra de la palta Hass es esperar a tener retornos al tercer o cuarto año, miles de pequeños productores han apostado por su siembra, la cual les ha redituado mejores ingresos respecto a los cultivos que manejaban anteriormente; situación que les ha permitido mejorar sus condiciones de vivienda, salud, alimentación y educación”, señala Medina. La industria genera empleo directo e indirecto en miles de núcleos familiares.
Además, varias empresas exportadoras, a veces sin cultivo propio, han comenzado a apoyar a estos agricultores con asistencia técnica, certificaciones (como GlobalG.A.P.), sistemas de riego, trazabilidad, insumos y logística. En algunas zonas, incluso han construido viviendas, centros de salud e iglesias. “La responsabilidad social de parte de todos los actores de la cadena productora y exportadora es prioritaria”, enfatiza Medina.
Inicialmente, la producción de palta Hass se concentraba en la costa y con medianos y grandes productores, pero la sierra y pequeños productores de la costa peruana están ampliando el área sembrada de esta palta, ampliando no solo los volúmenes de producción, sino también la ventana comercial. Regiones como Huancavelica (4.000 ha), Ayacucho (4.000 ha), Apurímac (1.000 ha) y Cusco (1.200 ha) han incrementado su superficie cultivada en los últimos años.
Europa, destino principal
El 62% de la palta peruana se exporta a Europa, que sigue siendo el principal mercado. “Desde el inicio, Europa fue nuestro primer destino”, comenta Medina. Hoy, Perú representa el 45% del volumen anual que consume Europa de palta Hass y hasta el 78% durante los meses pico (junio, julio y agosto). “Países Bajos actúa como un hub logístico para distribución en diferentes países de dicho bloque económico, pero países como Italia están empezando a importar directamente desde Perú, lo que refleja un aumento del consumo y la madurez del mercado”, prosigue.
Estados Unidos absorbe el 15% de la exportación peruana. Pero allí el panorama es distinto: México domina con un 75% del mercado, seguido por la fruta local californiana. “Nosotros competimos directamente con California. México tiene fruta todo el año”, explica Medina. Aun así, Perú ha logrado este año aumentar sus envíos a EE. UU. en un 54% respecto al año anterior.
Asia representa un 8% de las exportaciones. El crecimiento es notable en países como China (+59%) y Japón (+75%), aunque Medina reconoce que aún se tiene la tarea de profundizar la promoción para consolidar estos mercados. “Hay un potencial de crecimiento muy grande en Asia”, asegura.
También destaca el caso de Argentina, donde las exportaciones crecieron un 125%. “Es un buen mercado, sobre todo porque demanda calibres pequeños, como en Asia. Chile, por otro lado, es, luego de Europa y EE. UU., el tercer destino en cuanto a volumen exportado desde el Perú; presenta un consumo interno enorme, con 8,6 kg que lo sitúan como la segunda mayor ingesta per cápita después de México. Además, al ser nuestro vecino, la logística no es complicada. Aunque Chile también es un gran productor, contamos con la ventaja de estar en contraestación”, explica el gerente.
El desafío de la rentabilidad
Pese al crecimiento, la rentabilidad enfrenta desafíos. “Por un lado, los precios internacionales han bajado en los últimos cinco años debido a la sobreoferta global, con nuevos jugadores como Marruecos, Colombia, Israel, Kenia, Ecuador y Brasil. Por otro, los costos de producción se han disparado: insumos agrícolas, logística y sobre todo la mano de obra formal, que en Perú incluye todos los beneficios laborales (salud, vacaciones, gratificaciones). El precio ha bajado, pero el costo ha subido. Y eso golpea, especialmente a los pequeños”, advierte Medina.
Ante esta situación, ProHass ha optado por no incentivar nuevas siembras, sino por mejorar la productividad de las hectáreas existentes. “Les decimos a los pequeños agricultores: no siembres más, produce más en tu misma hectárea. Si ahora sacas cuatro toneladas, con riego tecnificado y buen manejo nutricional y de control de plagas, podrías sacar el doble o más”, propone Medina.
Más de 70 mercados abiertos
Actualmente, Perú puede exportar palta a más de 70 países, aunque aún quedan mercados por abrir, como Taiwán, Vietnam, Australia, Nueva Zelanda y México. ProHass, que comenzó como una asociación de productores, ahora agrupa también a exportadores. Cuenta con 70 miembros. Este gremio organizó, del 17 al 19 de noviembre, el VII Congreso Latinoamericano de la Palta, con 60 presentaciones técnicas y más de 1.200 asistentes de países como México, Colombia, Brasil, Argentina, Chile, Guatemala, República Dominicana, España, Estados Unidos y Canadá.
“Queremos compartir información, crear redes de expertos, profesionalizar aún más la industria”, afirma Medina, quien lleva 24 años al frente de la organización. Su entusiasmo es contagioso: “En este país agrícola, la palta no solo da trabajo, también genera esperanza”.
Fuente: AGAP
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