La acidificación de la leche comienza con la adición de cultivo bacteriano y cuajo. Las bacterias consumen lactosa y crean ácido láctico como subproducto de la fermentación. El ácido láctico producido hará que el pH de la leche baje. Una vez que la leche alcanza un pH particular, se agrega el cuajo. Las enzimas del cuajo ayudan a acelerar la cuajada y crean una sustancia más firme. Para los queseros que diluyen su cuajo, el pH del agua de dilución también es crítico; el agua con un pH cercano a 7 o superior puede desactivar el cuajo, provocando problemas de coagulación.
Una vez que la cuajada se corta, se revuelve y se cocina, se debe drenar el suero líquido. El pH del suero al drenar afecta directamente la composición y textura del producto de queso final. El suero que tiene un pH relativamente alto contribuye a niveles más altos de calcio y fosfato y da como resultado una cuajada más fuerte. Los niveles típicos de pH en el drenaje pueden variar según el tipo de queso; por ejemplo, el queso suizo se escurre entre pH 6,3 y 6,5, mientras que el queso cheddar se escurre entre pH 6,0 y 6,2.
Durante la salmuera, el queso absorbe la sal de la solución de salmuera y pierde el exceso de humedad. El pH de la solución de salmuera debe estar cerca del pH del queso, asegurando el equilibrio de iones como calcio e hidrógeno. Si hay un desequilibrio durante la salmuera, el producto final puede tener defectos de cáscara, decoloración, una textura debilitada y una vida útil más corta.
Los quesos deben estar dentro de un rango de pH estrecho para proporcionar un ambiente óptimo para los procesos microbianos y enzimáticos que ocurren durante la maduración. Los cultivos bacterianos utilizados en la maduración son responsables de características familiares como los agujeros en el queso suizo, el moho blanco en las cortezas de Brie y el aroma del queso Limburger. Una desviación del pH ideal no solo es perjudicial para la ecología de las bacterias, sino también para la estructura del queso. Los niveles de pH más altos pueden dar como resultado quesos que son más elásticos, mientras que los niveles de pH más bajos pueden causar fragilidad.
El HI99165 utiliza el electrodo de pH amplificado FC2423 de acero inoxidable. Este electrodo especializado ofrece numerosas características que mejoran las pruebas de pH para los productores de queso. La robusta vaina de acero inoxidable combinada con la punta sensora cónica permite la penetración en el queso en varios puntos a lo largo del proceso de producción. Un sensor de temperatura integrado también garantiza que todas las mediciones de pH se compensen con la temperatura sin la necesidad de una sonda de temperatura separada.
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